De chiquita me quedaba mirando en el recreo a los chicos jugando al fútbol, les veía su cara esperando el recreo y mirando de reojo la pelota. Como algunos han leído fuí a una escuela de campo, donde solo concurrían algo así como 20 niños que se distribuían en los 7 grados. Yo era la única alumna de mi grado. Las nenas no eran muchas, y las que había se pasaban el recreo caminando de la mano o hamacándose. Entonces me sentaba del lado que daba el sol y los veía correr detrás de esa vieja pelota, no importaba si había llovido y estaba la cancha llena de agua, nada paraba su pasión por pegarle al ¨fulbito¨. Los escuchaba atónita recitar las formaciones de Boca y River, me asombraba que aquellos chicos a los que les costaba tanto aprender las tablas se sabían de memoria hasta el nombre de los suplentes. Relataban el partido, a medida que jugaban, unos eran Filliol, J.J Lopez, Luque, otros el loco Gatti, Ruggeri, Brindisi.
Los domingos a la tarde eran sagrados en casa, mis primos y mi papá sentados alrededor de la radio para escuchar los relatos de Victor Hugo Morales y su tatata. Mis primos son de Boca y papá de River. En el campo no feriados ni domingos. Después del Tambo, siempre había media horita para un picadito y a veces a falta de jugadores me dejaban participar. La leche, una vez ordeñada, se llevaba en un sulky hasta la ruta donde pasaba el camión de la empresa láctea y la recogía. Estos momentos también eran propicios para los picaditos o para ¨jueguitos con la pelota¨.
Los domingos a la tarde eran sagrados en casa, mis primos y mi papá sentados alrededor de la radio para escuchar los relatos de Victor Hugo Morales y su tatata. Mis primos son de Boca y papá de River. En el campo no feriados ni domingos. Después del Tambo, siempre había media horita para un picadito y a veces a falta de jugadores me dejaban participar. La leche, una vez ordeñada, se llevaba en un sulky hasta la ruta donde pasaba el camión de la empresa láctea y la recogía. Estos momentos también eran propicios para los picaditos o para ¨jueguitos con la pelota¨.
En los veranos en mi pueblo se jugaba el Papi Futbol, mis primos tenían un equipo que se llamaba La Angélica, empezaban a mediados de Enero y terminaban para los carnavales. Eran noches de choripanes, Coca Cola (lujo que nos dabamos sólo en los veranos) y banderas. Papá no tuvo hijos varones, somos tres mujeres, pero mi casa siempre estaba llena de mis 5 primos que encontraban en mi viejo un pibe más.
En la secundaria las chicas jugábamos al Voley o al Softball, pero nunca encontré esa pasion que sentian los pibes por el fútbol.
Cuando nos mudamos al pueblo los domingos la actividad era ir a la cancha a ver los partidos de la liga intermunicipal.
Me mudé a La Plata. Cuando trabajaba en Carrefour salía a las 23 30 y mientras volvíamos a nuestras casas con mi amiga Pia pasabamos por la rambla de 7 y 32. No importaba el frio, la lluvia o la hora. Siempre había grupitos de pibes, y algunos no tan pibes, jugando a la pelota. Los arcos eran las camperas o una botella, todo servia.
Recuerdo cuando solo hacía dos semanas que salia con mi marido y me pidió que lo pase a buscar por la cancha donde se juntaba a jugar los sabados a la tarde. Verlo con sus shorcitos negros, los botines y la remera del pincha, por Dios, creo que en ese momento me enamoré más de él todavia.
Cuando trabajaba en Disco recuerdo a Dany y Godoy con sus papelitos en los bolsillos con la lista de los pibes para ir a jugar al fútbol 5 los martes a la noche. Recuerdo como trataban de convencer a los indecisos. Después pasaban toda la semana contando, alardeando, criticando. También estaba El Pupy, fanático a más no poder de River, arreglando para ir a la cancha, siempre con su buzo del club, o remera, o gorrito, con sus colgantes y sus cánticos.
Pero toda esa magia me era solo posible vivirla atravez de ellos, de su pasión por la pelota.
Hasta que una tarde mi marido llega a casa con las entradas para ir a ver el partido del Pincha contra Arsenal, era el 10 de Diciembre en el Estadio Unico de la ciudad de La Plata. Estudiantes y Boca se peleaban el torneo, hacia 23 años que el Pincha no ganaba un campeonato local. Esa tarde el Pincha le ganó a Arsenal por 2 a 0, quedaba igualado en puntos con Boca y el 13 de Diciembre se definiría el torneo en un partido en la cancha de Velez.
Esa tarde fuí parte de esa magia, era un sentimiento indescriptible, madres e hijos, abuelos y nietos, amigos, amigas, todo era rojo y blanco, todo era lágrimas y abrazos. Fué como revivir todos esos recuerdos.
Eso me ayudó un poco a vivir lo que era esa pasión. Y es algo que no olvidaré nunca.
Este año el Pincha salió campeón de la copa sudamericana y por eso participará del mundial de clubes que se realizará en Dubai. Al parecer todo está casi dado para que se enfrente al Barcelona. No importa el resultado, lo que importa es hasta dónde llegó este equipo.
Soy de La Plata y soy Pincharrata!
En la secundaria las chicas jugábamos al Voley o al Softball, pero nunca encontré esa pasion que sentian los pibes por el fútbol.
Cuando nos mudamos al pueblo los domingos la actividad era ir a la cancha a ver los partidos de la liga intermunicipal.
Me mudé a La Plata. Cuando trabajaba en Carrefour salía a las 23 30 y mientras volvíamos a nuestras casas con mi amiga Pia pasabamos por la rambla de 7 y 32. No importaba el frio, la lluvia o la hora. Siempre había grupitos de pibes, y algunos no tan pibes, jugando a la pelota. Los arcos eran las camperas o una botella, todo servia.
Recuerdo cuando solo hacía dos semanas que salia con mi marido y me pidió que lo pase a buscar por la cancha donde se juntaba a jugar los sabados a la tarde. Verlo con sus shorcitos negros, los botines y la remera del pincha, por Dios, creo que en ese momento me enamoré más de él todavia.
Cuando trabajaba en Disco recuerdo a Dany y Godoy con sus papelitos en los bolsillos con la lista de los pibes para ir a jugar al fútbol 5 los martes a la noche. Recuerdo como trataban de convencer a los indecisos. Después pasaban toda la semana contando, alardeando, criticando. También estaba El Pupy, fanático a más no poder de River, arreglando para ir a la cancha, siempre con su buzo del club, o remera, o gorrito, con sus colgantes y sus cánticos.
Pero toda esa magia me era solo posible vivirla atravez de ellos, de su pasión por la pelota.
Hasta que una tarde mi marido llega a casa con las entradas para ir a ver el partido del Pincha contra Arsenal, era el 10 de Diciembre en el Estadio Unico de la ciudad de La Plata. Estudiantes y Boca se peleaban el torneo, hacia 23 años que el Pincha no ganaba un campeonato local. Esa tarde el Pincha le ganó a Arsenal por 2 a 0, quedaba igualado en puntos con Boca y el 13 de Diciembre se definiría el torneo en un partido en la cancha de Velez.
Esa tarde fuí parte de esa magia, era un sentimiento indescriptible, madres e hijos, abuelos y nietos, amigos, amigas, todo era rojo y blanco, todo era lágrimas y abrazos. Fué como revivir todos esos recuerdos.
Eso me ayudó un poco a vivir lo que era esa pasión. Y es algo que no olvidaré nunca.
Este año el Pincha salió campeón de la copa sudamericana y por eso participará del mundial de clubes que se realizará en Dubai. Al parecer todo está casi dado para que se enfrente al Barcelona. No importa el resultado, lo que importa es hasta dónde llegó este equipo.
Soy de La Plata y soy Pincharrata!
2 comentarios:
DESDE H0Y Y0 TAMBIEN S0Y PINCHATARA 0 C0M0 SE ESCRIBAAA
SI ES QUE SIEND0 FUTB0LER0 N0 S0Y DEL BRAÇAAA
S0Y DEL MADRID
0E 0E 0E ESE EQUIP0 QUE N0 C0N0CIA YQUE DESDE AH0RA YA S0Y DE EL, AL MEN0S MIENTRAS JUEGUE C0NTRA EL BARCEL0NA
JAJAJ
+UN BES0
Esperemos al 15 de diciembre!!
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